Me formo en osteopatía, lo que me da conocimientos del cuerpo, pero es finalmente el cuerpo el que me abre al verdadero conocimiento.
Cada cuerpo que toco, ya hace más de 25 años que lo hago, me enseña la mágica conexión entre: las emociones, el pensamiento, el cuerpo y, la enfermedad. Esta manera de tocar me lleva a ver el cuerpo a través de la mente del paciente, a entender que una emoción puede enfermarte y que un cambio de consciencia te puede sanar.
Me gusta aprender de todo, de todo lo que me pueda enseñar sobre: la vida, la sanación, la comprensión, la evolución del ser. Porque el conocimiento es la verdadera puerta a la libertad.
También, aprendo de los astros para entender quién soy y quién viene a mi para sanarse. Llevo más de 10 años estudiando astrología, los astros me han abierto una puerta a otra dimensión, otro camino hacia la sanación.
El cuerpo no está aislado del resto, hay que sanar la mente también, dándole comida, pero no cualquier comida, hay que sanar el corazón humano enseñándole a amar… todo esto sana al cuerpo.
No podía quedarme solo tocando gente ¡hay tanto por dar y tanto por hacer!
Todo lo que el cuerpo me ha enseñado: sus mecanismos hacia la enfermedad, los mecanismos hacia la sanación ¡estos mecanismos es lo que me gusta compartir!
De ahí, que parte del camino hacia la sanación deje de suceder en la consulta: yo dando y el paciente recibiendo. El verdadero camino de la sanación es el conocimiento, de porqué uno enferma, ya que uno se enferma a si mismo, y cuando la persona lo ve claro es cuando empieza a sanarse.