Tienes dolor y quieres empezar a curarte desde ya!
Vas a hacerte una serie de preguntas que te van a hacer consciente de porqué tienes dolor, si no es de una manera muy clara, al menos te acercarán a una posible causa.
Cómo ser consciente de la causa del dolor puede ayudar a que éste mejore
La mente consciente controla un pequeño porcentaje de la información que pasa a través de nuestro cerebro. La mente inconsciente está en control de un 95 % de esta información. Tan solo debemos ser conscientes de la posible conexión entre nuestra mente inconsciente y la causa de la lesión o dolor. Puede ser una situación conflictiva, sentirse agredido, sentir miedo, un sentimiento de culpa, un sentimiento de inferioridad, cualquier sentimiento negativo…
Partimos de la base de que si uno tiene dolor es porque algo se ha desequilibrado en el interior.
El desequilibrio puede ser puramente físico: has levantado algo que era demasiado pesado y te has hecho daño. La causa está clara. Si el dolor es causado por una contractura muscular con la inflamación que conlleva, en un periodo de 24-48h el dolor debería mejorar y hasta empezar a desaparecer. De lo contrario es que hay algún otro problema que no se resuelve con la actividad fisiológica del cuerpo.
Si has levantado algo muy ligero y te has hecho daño… el problema ya estaba allí de antemano y el peso levantado tan solo ha sido “la gota que colma el vaso”.
Otra posible causa “física” puede ser un estado inflamatorio debido al alto nivel de toxinas causado por: mala dieta, vida sedentaria, estrés…
Puede que estés pasando por una situación de estrés en el trabajo, en casa, con la familia, con la pareja, con los hijos, con los padres…
Respóndete a las siguientes preguntas. No te obsesiones con la numeración, lo importante es la reflexión que hagas.
Del 1 al 5; ¿cómo de contento crees estar en tu vida actual?
Responde tres veces a la misma pregunta en un plazo de 5 minutos. Primero piensa, luego siente y finalmente respóndete a ti mismo. Recuerda que si mientes, al único al que engañas es a ti.
Del 1 al 5 puntúa la satisfacción que te brinda tu vida profesional. ¿Te sientes valorado?¿Sientes que das de sí lo que puedes y te sientes bien haciéndolo? ¿Te gusta tu trabajo? Qué te gustaría hacer si no fuese lo que haces?
Del 1 al 5 puntúa el grado de satisfacción de tu vida en pareja. ¿Estás a gusto con él, ella? ¿Hay buena comunicación?¿Hay respeto?¿Te sientes libre de hacer y decir?
Deberías estar tomando algunos minutos de reflexión antes de responderte a estas preguntas.
Del 1 al 5, siendo el 5 inmejorable, ¿cómo es tu relación con tus padres? ¿Qué influencia tiene sobre ti? ¿Te sientes controlado, te sientes libre? Te aportan felicidad, te la quitan? ¿Hay culpabilidad en la relación?
Del 1 al 10 puntúa la satisfacción que te brinda tu relación contigo mismo/a. ¿Que es lo primero que te viene a la cabeza cuando te miras a los ojos por la mañana? Si esperas unos segundos, con tranquilidad, lo primero que te vino se mantiene o se transforma? ¿Te sientes en paz contigo mismo?
¿Te levantas por la mañana con ganas de hacer cosas?, estás motivado, estás alegre, o te cuesta levantarte porque no tienes motivos para hacerlo?
Las respuestas a estas preguntas no son la realidad, son lo que tú piensas. Tú reaccionas en base a lo que piensas y luego sientes, pero, de nuevo, es lo que tú piensas, no es la realidad ni la verdad. ¡No lo olvides!
Mira hacia atrás a ver si puedes recordar un momento bonito en los últimos 2 meses. Algo que te haga realmente feliz de recordar. ¿Fue fácil acceder a este momento?
Mira hacia atrás a ver si puedes recordar algo en la última semana que te haya enfadado, frustrado, entristecido, hecho sentir impotente… ¿Fue fácil?
¿Hay alguna situación que te venga a la cabeza y sientes que aún no la has podido soltar? Cuando la recuerdas ¿sientes lo que vivenciaste en el momento que sucedió como si fuera ahora? ¿Te deja una sensación desagradable?
No la estamos recordando para despertar el recuerdo negativo y recrearnos en ello, la estamos recordando para coger consciencia de la implicación directa que tiene sobre nosotros, el dolor o sufrimiento que padecemos.
Cuando hacemos el esfuerzo consciente de buscar en el archivo de recuerdos negativos, observamos desde la distancia, sin implicarnos de manera directa y así controlar los efectos del recuerdo en nuestro presente.
Ser consciente es darte cuenta de qué influencia tiene sobre ti lo que piensas del mundo exterior y de qué manera te afecta a nivel mental, emocional y físico. Ser consciente es darte cuenta de qué manera te afecta tu interpretación de la realidad.
Primero: lo recordamos para saber de qué se trata. Una vez lo detectamos, vamos a poner el dispositivo de alarma de la mente consciente para que cada vez que la memoria reviva este recuerdo inconsciente, te avise, o al menos seas consciente y puedas decidir seguir pensando inconscientemente o dejar de hacerlo de manera consciente.
Cuando reconocemos algo, cuando admitimos algo, de la manera más remota, liberamos la tensión que une el dolor con la causa inconsciente, y ello permite que los mecanismos mentales, físicos y emocionales se pongan en marcha en su proceso de curación.
Ejemplo: Un amigo ha realizado una acción que te molesta. Tu mente te dice muy sutilmente que este amigo no te quiere, sinó por qué iba a hacerte daño de esa manera? Tú crees que tu amigo es totalmente consciente de lo que ha hecho, y te sientes despreciado. Este sentimiento se va a expresar en nuestro cuerpo de maneras muy distintas. Cuando eres consciente de la interpretación que hiciste, y que te creíste, puedes liberarte de tu propia mentira, que te estaba atrapando y crucificando. Ello te libera de la carga mental y física, y tu sistema puede volver a emitir paz, tranquilidad, comprensión, amor hacia ti, y hacia tu amigo.
Todo esto de lo que estamos hablando no es nuevo para nadie, seguramente os suena, tiene lógica. Tan solo os ayuda a ver las cosas con una cierta distancia y perspectiva, os refresca.
Si con todo lo que hemos hablado tu dolor no empieza a mejorar, puede ser porque hay demasiadas causas inconscientes y entonces deberías hacer el mismo procedimiento durante varios días, puede que si no crees en nada de lo que estamos hablando no tenga el más mínimo efecto sobre ti, puede que la impaciencia no te permita ser consciente, y entres en un círculo vicioso.
Para poder ser consciente necesitamos deshacernos de la mente crítica, de la mente que cree tener siempre la razón, de la mente que desconoce el significado de la humildad. Necesitamos dejar que la luz ilumine la situación que nos perturba y dejar que crezca la semilla del amor que yace en cada uno de nosotros.
Si aún así no os mejora el dolor, ¡abandono!!
Por ahora…